Quizá sea el método de la punta seca la forma más sencilla de acercarse al arte de la imagen seriada. Se trata de incidir con un punzón sobre una plancha, que tradicionalmente suelen ser de zinc o cobre, para crear un surco sobre el cual se va a introducir posteriormente la tinta. Es por eso que esta técnica entraría dentro del grupo de los huecograbados. En el otro gran grupo, el del grabado tipográfico, la tinta se encuentra sobre una superficie plana y nosotros vaciamos aquello que no queremos que forme parte de nuestro diseño.
Hoy en día, las planchas de metal han sido sustituidas por otras de materiales plásticos, más económicos, como el metacrilato o el arraglás (material que se utiliza generalmente como sustituto del cristal para enmarcar dibujos y que ha sido empleado para la realización de las imágenes mostradas).
La punta seca se convierte, al igual que otros procedimientos como la plumilla, en un recurso excelente para la experimentar las posibilidades expresivas de la línea como recuso gráfico. Con la enorme ventaja de que no es sólo capaz de replicar los trazados que nosotros registramos sobre la matriz si no de dotar a los mismos de cierta vibración (y vida) provocada por las rebabas, que son las crestas que el material que nosotros movemos crea a uno y otro lado del surco y que quedan impregnadas, también, de cierta cantidad de tinta. No duden en ampliar las imágenes para poder observar estos interesantes efectos.
Araceli Vives Marco
Vlad Danciu
Sandra Almarcha Ripoll
Javier Carrasco Díaz
Paula Cayuelas
No hay comentarios:
Publicar un comentario