APRENDIENDO A SOMBREAR CON LÁPIZ BLANDO (TAZA)

El lápiz es el protagonista de algunas de las primeras clases de los alumnos que comienzan la educación secundaria. A pesar de ser uno de los instrumentos que utilizan desde su más tierna infancia, la mayoría de los estudiantes no conocen mucho sobre él.
Hemos hablado de su composición y de cómo se fabrican. También de los diferentes tipos de lápiz (duros y blandos) y la manera de nombrarlos. 
Ahora es el momento de aprender a utilizarlo, porque no existe solo una manera, hay muchas. Solemos utilizar la punta de la mina afilada en forma cónica, que nos proporciona un sacapuntas, para crear líneas finas pero, si con la ayuda de una cuchilla, dejamos la mina más larga, podremos utilizar el lápiz blando, tumbado y colocado en interior de la mano para hacer sombras.
Para practicar vamos a utilizar como modelo un objeto sencillo. Es este caso una taza.
Para comenzar, dibujaremos los ejes horizontal y vertical en nuestra hoja. Aunque, por lo general, colocamos los ejes a 10,5 y a 15 cm para centrar os objetos, en este caso vamos a desplazar el eje vertical de tal manera que quede a 9 cm del borde izquierdo de la hoja para poder dibujar el asa al lado derecho.

Una vez que tengamos los ejes, cogemos nuestra taza y la colocamos de frente a nosotros, de tal manera que no podamos ver ni la boca ni la base de la taza. Tenemos entonces que imaginarnos cómo es el rectángulo (o cuadrado) que enmarca nuestra taza (morado).

Ese rectángulo tenemos que representarlo en nuestra hoja, acortándolo un poco por la zona de arriba y la de abajo (rectángulo rojo); si no hiciéramos eso, al dibujar las elipses de la boca y la base, nos quedaría una taza más alargada de lo que en realidad es. El rectángulo tiene que quedar partido en cuatro rectángulos iguales por los dos ejes dibujados.

Es el momento de crear las elipses. La elipse es una curva simétrica con respecto a dos ejes. Los ejes de la elipse de la boca son: el eje vertical y el lado superior del rectángulo. De la elipse de la base, el eje vertical y el lado inferior del rectángulo. Para dibujarlas vamos a poner unas marcas sobre el eje vertical, a la misma medida del lado superior e inferior del rectángulo. Las curvas tienen que pasar por estos puntos y las esquinas del rectángulo. En estos últimos puntos la elipse debe girar, nunca hacer un pico (evitar la forma de ojo, o melón).

Una vez que hayamos dibujado las elipses, borramos los ejes y la parte superior de la elipse que forma la base (no se verá a no ser que la taza sea transparente) y comenzaremos a sombrear. Vamos a imaginarnos que la luz que ilumina nuestro objeto se encuentra en la parte superior izquierda. Comenzamos por nuestra derecha, tumbando el lápiz y siguiendo la curva de la elipse. Daremos una capa lo más suave posible a toda la superficie exterior de la taza. Volvemos a dar otra capa, comenzando de nuevo por la derecha y, esta vez, terminaremos antes de llegar al final de la taza (levantando el lápiz). Daremos todas las capas que necesitamos hasta conseguir un degradado en el que haya infinidad de grises, desde los más oscuros (casi negro, a la derecha) al blanco (en la parte izquierda).


En la parte superior debemos dibujar otra elipse interior para crear el borde de la taza. Lo  dejaremos en blanco pues la luz incide directamente en él. 

Luego sombrearemos la parte interior de la taza. La propia pared del recipiente creará una sombra más oscura en la zona interior izquierda, al contrario que en la zona exterior. El lápiz ahora seguirá la dirección de la parte superior de la elipse. 

Vamos ahora con el asa de la taza. El truco para dibujarla bien consiste en volver a poner la taza de nuevo de frente a nosotros; no podemos ver ni la boca ni la base. Así el asa se convertirá en una cinta de un determinado grosor que deberemos dibujar con dos líneas.

Una vez que hayamos dibujado esta parte, volveremos a colocar la taza en la posición desde la cual la estamos dibujando. Nos daremos cuenta de que ahora vemos la parte de arriba del asa y también el interior. Vamos a conseguir esa sensación de profundidad creando otra curva como las dos anteriores que comience un poco más arriba (en un momento desaparecerá entre las otras dos para aparecer de nuevo más abajo). 

Luego la  perfeccionamos un poco, uniendo los dos puntos superiores de las curvas.

De los tres espacios que conforman el asa, la parte de arriba será la más clara, a esta zona llega la luz casi directamente. La parte que está de frente a nosotros será la más oscura. La interior la sombrearemos de un gris medio.

A partir de ahora comenzaremos a oscurecer el fondo. Crearemos, alrededor de la taza, una sombra gris que luego iremos modulando.


Nuestro objetivo, a partir de ahora será hacer desaparecer las líneas de dibujo de la taza. En la realidad no existe ninguna línea negra (o gris) que nos diga que en un determinado lugar comienza la taza y finaliza el fondo, simplemente lo vemos por la diferencia de colores o tonos de gris que hay entre estas dos partes del dibujo.
Oscureceremos las la parte del fondo que esté cerca de una parte clara de la taza y dejaremos más clara la zona que limite con una parte oscura del objeto.

Para finalizar dibujaremos la sombra que proyecta la taza sobre la superficie en la que está apoyada.

Hemos comentado que las líneas de dibujo deben desaparecer. Una excepción es la línea de la base, que por lo general, forma una pequeña sombra lineal.

Con esto daríamos por terminado el ejercicio. En la fotografía, el interior de la taza ha quedado más claro que en el dibujo real.




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